En México, la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) establecen las guías de uso de aceite de cocina para establecimientos de alimentos. Algunas de las recomendaciones generales son las siguientes:

El aceite debe ser de origen vegetal y estar libre de grasas trans.

Se recomienda utilizar aceites con un punto de humo alto, es decir, aquellos que resisten altas temperaturas sin quemarse. Algunos ejemplos son el aceite de canola, girasol, maíz, soya, palma y oliva.

El aceite debe cambiarse regularmente para evitar la acumulación de sustancias tóxicas que pueden ser perjudiciales para la salud. La frecuencia de cambio dependerá del tipo de establecimiento y del uso que se le dé al aceite.

Es importante almacenar el aceite en un lugar fresco y seco, alejado de la luz y el calor para evitar su oxidación.

Se recomienda no reutilizar el aceite para freír alimentos ya que esto puede generar sustancias tóxicas. En caso de ser necesario, se debe filtrar el aceite y calentarlo a una temperatura elevada para eliminar posibles microorganismos antes de volver a utilizarlo.

Es importante tener en cuenta que estas son solo recomendaciones generales y que es posible que existan regulaciones específicas para cada tipo de establecimiento en MÉXICO.

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